El sueño ‘cripto’ de El Salvador se tambalea por la caída del bitcoin

Desde que El Salvador convirtió el bitcoin en moneda nacional, el presidente Bukele ha perdido mucho dinero con la criptomoneda. A ello se juntan otros problemas financieros. ¿Se avecina una quiebra?

Los inversores privados que desean apostar por el bitcoin suelen recibir dos valiosos consejos de los expertos en criptomonedas: el primero es invertir solo tu propio dinero y el segundo es hacerlo solo con la cantidad que puedas permitirte perder sin arruinarte. Uno de los inversores en bitcoin más prominentes del mundo parece estar haciendo caso omiso de ambas reglas: el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

Actualmente, el precio de bitcoin (BTC) sufre una brusca caída, llegando a cotizar en torno a los 30.000 dólares. Esto significa que el bitcoin ha perdido el 56 por ciento de su valor desde su máximo histórico, en noviembre de 2021. En ese momento, el precio era de casi 69.000 dólares. Esto supone un gran problema para Bukele.

Cuando el presidente de El Salvador anunció en junio del 2021 que su país adoptaría el bitcoin como segunda moneda nacional, a la par que el dólar, hizo una gran promesa a sus ciudadanos. La adopción del bitcoin, dijo, digitalizaría la economía, disminuiría la dependencia del dólar estadounidense, reduciría las tasas de remesas, que representan alrededor del 20 por ciento del producto interior bruto del país, e impulsaría la inversión. El Salvador podría convertirse en el primer país en demostrar el poder transformador de la criptodivisa a escala nacional.

La ley bitcoin de El Salvador entró en vigor el pasado 7 de septiembre. De acuerdo con ella, todo comerciante que esté técnicamente capacitado para hacerlo, debe aceptar la criptomoneda. También se pueden pagar los impuestos con él. Se introdujo el monedero digital Chivo: quienes lo descargaron recibieron un bono inicial por valor de 30 dólares estadounidenses. Además, se instalaron unos 200 cajeros automáticos Chivo en todo el país.

Optimismo de la comunidad bitcoin

Muchos defensores del bitcoin se entusiasman con la velocidad y la energía con la que Bukele sigue impulsando su proyecto en El Salvador. «Si la Unión Europea hiciera algo similar en la zona del euro como lo que se está haciendo El Salvador, tardaría años y sería mucho menos exitosa que en El Salvador», dice Johannes Grill, Fundador y director de Bitcoin Austria, una organización austriaca sin ánimo de lucro, fundada en 2011, con el objetivo de promover el bitcoin en Austria.

En su opinión, el proyecto ha sido un éxito hasta ahora precisamente por lo logrado en el poco tiempo desde su introducción. Sin embargo, un estudio reciente elaborado por la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), en Estados Unidos, en colaboración con CID Gallop, llegó a la conclusión de que solo un 20 por ciento de los salvadoreños que se descargaron el monedero digital Chivo en su móvil para recibir el bono inicial de 30 dólares siguen usando Chivo. El estudio se basa en encuestas realizadas a 1.800 salvadoreños en febrero pasado y concluye que, en 2022, «prácticamente no ha habido descargas».

«La población no utiliza bitcoin», confirma Christian Ambrosius, politólogo y experto en Centroamérica de la Universidad Libre de Berlín, que viaja frecuentemente a El Salvador. «Acabo de regresar de El Salvador y pude comprobar que el bitcoin no juega prácticamente ningún papel en la vida diaria». Una excepción serían las ciudades pequeñas de la costa con un alto porcentaje de extranjeros interesados en el bitcoin, según Ambrosius.

Una cuestión muy debatida en la comunidad bitcoin es si la aceptación de la criptomoneda por parte de la población solo necesita un poco más de tiempo, como sucede con el valor del bitcoin, cuyo valor podría volver a subir, como la experiencia ya ha demostrado. Pero, en realidad, esa es una cuestión secundaria, porque Bukele no tiene ese tiempo. 

¿Proyecto fallido?

«Su mayor preocupación es la amenaza de una quiebra y la situación fiscal», opina Ambrosius. Porque la pérdida de millones de dólares al comprar más y más bitcoins que constantemente siguen perdiendo valor es para Bukele solo un problema entre otros. La pérdida de solvencia podría ser peor a los ojos de sus acreedores. Según datos del ministerio de Hacienda, el monto de la deuda pública fue de algo más de 14 mil millones de dólares, con algo más de la mitad en eurobonos. Los eurobonos tienen diferentes fechas de vencimiento, la más cercana es enero de 2023, cuando habrá que abonar $800 millones. El siguiente vencimiento es en 2025.

«Creo que a Bukele se le está acabando el tiempo», afirma Ambrosius. La emisión de un bono bitcoin por 1.000 millones de dólares, prevista para marzo de 2022, no se ha materializado hasta ahora. Según el ministro de Finanzas, Alejandro Zelaya, se está esperando el momento adecuado. El momento adecuado sería seguramente un mercado con un bitcoin en auge y no en caída. Según los planes del presidente Nayib Bukele, el bono se destinaría a financiar, entre otras cosas, la construcción de una gigantesca «Ciudad Bitcoin» al pie del volcán Conchagua.

«Bukele necesita dinero hasta principios de 2023. Y si no encuentra compradores para sus bonos bitcoin ahora, la insolvencia se vuelve más y más probable», calcula Ambrosius. Mucho indica que Bukele podría ser víctima de una de las principales razones por las que gobiernos tienden a rehuir el bitcoin: su volatilidad.

«Bukele es un jugador por naturaleza. Tiene afinidad por el riesgo. Además, el Estado y la persona Bukele se fusionan cada vez más. El presidente maneja el presupuesto estatal como si fuera su juego personal y anuncia en Twitter que volvió a comprar el ‘dip’ (la caída). Así no es como se debe administrar un presupuesto nacional», dice Ambrosius. Aparentemente, el futuro de los salvadoreños depende ahora del precio del bitcoin, les guste o no.

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