Fútbol: La nueva tecnología que llega para mejorar el VAR

Lunes por la mañana. Llegas a tu trabajo y, como cada mañana, repasas con tus compañeros las polémicas arbitrales: el penalti no pitado, la expulsión que nunca debió ser, el fuera de juego que nadie vio… Desde hace unos años, la llegada del VAR apareció en el fútbol con la idea de subsanar esos problemas y hacer el deporte más justo pero, en muchas ocasiones, se ha encargado de enrevesarlo y hacerlo menos inteligible. Ahora, llega una nueva tecnología: ¿éxito o error absoluto?

En la actualidad, el VAR cuenta con varios condicionantes que le impiden funcionar como se esperaba. En un escenario idílico, cualquier aficionado al fútbol vería con buenos ojos su aprobación: ¿qué puede salir mal cuando, gracias a la tecnología de cámaras ubicadas en el estadio, se puede captar absolutamente todo lo que pasa en el campo? El problema, como casi todo, es que la norma no es clara ni objetiva y cualquier decisión depende de una interpretación que termina generando dudas.

Solo hay que ver varios partidos de la misma temporada para darse cuenta de que algo no funciona: la mano que en un partido no se pitó, sí se indica en otro; el fuera de juego posicional que no se señaló en una ocasión, ahora sí se ve; o la agresión que pasó desapercibida, ahora sí es castigada. Esa sensación de duda, de falta de claridad con la norma y de interpretaciones diferentes -incluso con el mismo colegiado- termina por provocar un agravio comparativo difícil de gestionar.

Pero, de entre todas las dudas en las que interviene el VAR, posiblemente en la que mejor funciona es con el fuera de juego, de hecho, la acción sancionable más objetiva posible. Ahora, la FIFA ha decidido potenciar su uso con la puesta en marcha de un nuevo sistema: el fuera de juego semiautomático. La idea es que es una serie de cámaras situadas en la parte superior de los estadios sirvan para monitorizar la jugada en todo momento y determinar la posición adelantada sin error alguno.

Asi lo anunció Pierluigi Collina, jefe de arbitraje de la FIFA, con el objetivo de acabar definitivamente con las polémicas en el fuera de juego. El funcionamiento es sencillo: entre diez y doce cámaras monitorizan, de manera cenital, el movimiento completo de jugadores y balón de manera constante. Así, en el momento de dar un pase adelantado, esta tecnología permite determinar con un margen de error mínimo sí existe fuera de juego y si el futbolista en cuestión interviene en la jugada.

La decisión se toma tras analizar no solo la posición de los jugadores, sino también su implicación en el movimiento. La tecnología, hoy o mañana, puede marcar una línea pero la valoración de la interferencia con el juego o con un rival queda en manos del árbitro«, explica la FIFA sobre esta nueva tecnología. O, lo que es lo mismo, se trata de la implantación del fuera de juego semiautomático, donde una tecnología apoyará las decisiones del colegiado, pero ahora sin margen de error posible.

De hecho, se ha decidido poner en práctica de manera inmediata, y ya se está probando en la Copa Árabe 2021, que comenzó este martes. La idea es analizar su uso, conocer su utilidad real y, en caso de que sirva para acabar de manera definitiva con la polémica del fuera de juego, aplicarlo en próximos campeonatos. De hecho, la idea sería tenerlo listo de cara al próximo Mundial de Qatar y, en un futuro no muy lejano, implantarlo en España, Alemania, Inglaterra e Italia.

Así funciona la nueva tecnología

El director de Tecnología e Innovación del Fútbol, ​​Johannes Holzmüller, detalló cuál es el funcionamiento exacto del nuevo fuera de juego semiautomático: «Tendremos cámaras instaladas bajo el techo de cada estadio. Se analizan las extremidades de los jugadores y se calcula la línea de fuera de juego al mismo tiempo que se produce el impacto con el balón. Todo ello se envía a la sala VAR y se proporciona al operador de repeticiones casi en tiempo real».

Eso permite que, casi de manera instantánea, un árbitro de sala VAR sepa si hay o no fuera de juego y, por tanto, se pueda incluso llega a comunicar al colegiado del encuentro casi en el momento de suceder. No funciona exactamente como la tecnología de gol, donde el reloj determina sin margen de error si un balón ha traspasado la línea de meta: en este caso, se trata de un certero apoyo visual que sirve para ayudar al colegiado que, al final, es el que tiene la última palabra.

Sin entrar a valorar si es un avance positivo o negativo para el fútbol, lo que es cierto es que se trata del último paso para deshumanizar el arbitraje. Cada vez más, el colegiado tiene menos peso en la toma de decisiones, que quedan al albur de tecnologías que, supuestamente, acabarán con el error. Pero hagámonos una pregunta: ¿no existen los mismos -o más- líos desde la llegada del VAR? A lo mejor el problema es que las normas deberían de dejar de generar confusión.

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